martes, 23 de junio de 2009

¿CUÁL ES EL ROL DEL DOCENTE EN EL SIGLO XXI?


No hay destino digno sin cultura nacional, no hay cultura nacional sin valores, no hay valores si no hay docentes capaces de vivirlos para poder enseñarlos. (Roberto Magni Silvano)

El mejor maestro es aquel que trata de realizar en sí mismo lo que trata de realizar en los demás. (Demóstenes)

INTRODUCCIÓN

Quienes a la fecha estamos ejercitando el rol docentes e impartiendo la enseñanza superior, en distintos grados somos producto en su gran mayoría de una enseñanza escolar que ha sido emergente de métodos que no condicen con los nuevos valores, perspectivas y objetivos que debemos plasmar ahora en nuestro alumnado.

En estas condiciones y para decirlo rápidamente, la educación ya no podrá estar dirigida a la transmisión de conocimientos y de informaciones, sino a desarrollar la capacidad en los alumnos de producirlos y de utilizarlos.

Este cambio de objetivos está en la base de las actuales tendencias pedagógicas, que ponen el acento en los fenómenos meta-curriculares. David Perkins, por ejemplo, nos llama la atención acerca de la necesidad de distinguir dos tipos de conocimientos: los de orden inferior y los de orden superior.

Los primeros son los conocimientos sobre determinadas áreas de la realidad. Los de orden superior son conocimientos sobre el conocimiento.

Si el objetivo de la educación consiste en transmitir estos conocimientos de orden superior, el papel de los docentes no puede seguir siendo el mismo que en el pasado. Su función se resume, desde este punto de vista, en la tarea de enseñar el oficio de aprender, lo cual se contrapone al actual modelo de funcionamiento de la relación entre profesor y alumno, donde el alumno no aprende las operaciones cognitivas destinadas a producir más conocimiento sino las operaciones que permiten triunfar en el proceso escolar.

En el modelo pasado y en muchos casos actual, el oficio de alumno está basado en una dosis muy alta de instrumentalismo, dirigido a obtener los mejores resultados posibles de acuerdo a los criterios de evaluación de los profesores.

Estos conceptos y parámetros deben desaparecer, debe dejar de robotizarse o mecanizarse a los alumnos para volverlos criteriosos y enseñarles a través de distintos métodos - en especial motivacionales -, a que aprendan, a que disfruten el desarrollo de aprendizaje.

EL ROL DEL DOCENTE

El cambio en el concepto del rol de docente en el siglo XXI, tiene enormes implicaciones en el mundo moderno tanto a nivel global, regional así como local, la competitividad por el conocimiento ha producido la necesidad de introducir un ser humano nuevo, con más competencia cognitivas, con el objetivo de articularse de forma efectiva a los fenómenos que se producen en la sociedad del conocimiento, con las facultades de adaptarse y desenvolverse en todos los medios.

En este sentido encontramos aspectos relacionados igualmente a un nuevo contexto nacional de perspectiva educacional plasmada en una política de estado, encaminada a través de la aprobación de nuestro nuevo texto constitucional que rige el desenvolvimiento de nuestros nuevos roles (Febrero 2009 – Bolivia).

Revisemos ese nuevo rol del docente en el socialismo constitucional, aplicable en el siglo XXI bajo una mirada Hermenéutica:

La Hermenéutica “Clásica”.- Como disciplina filosófica fue elaborada especialmente por F. Schieirmacher y W. Dilthey. Según W. Dilthey la Hermenéutica no es sólo una técnica auxiliar para el estudio de la historia de la literatura y de las “ciencias del espíritu”, sino que es un método que permite fundamentar la validez universal de la interpretación histórica.

Desde el punto de vista filosófico, la línea de investigación iniciada por Dilthey en el siglo XIX y que se proyectó a través del neokantismo (Windelband, Richert) y Weber, ha sido continuada por Gadamer, Ricoeur y Habermas.

La Hermenéutica “Moderna”.- Gadamer se ha preocupado por superar tanto la hermenéutica clásica de la interpretación de los textos, como la hermenéutica romántica de Schleiermacher y Dilthey, mediante la investigación fenomenológica.

La Hermenéutica “Postmoderna”.- Como ciencia es la que deseamos construir, donde el hombre es la esencia de la discusión para la comprensión, explicación e interpretación de los nuevos momentos históricos.

La interpretación hermenéutica no debemos verla únicamente como una disección conceptual del objeto de investigación, sino también como una ciencia aplicada por el docente para la comprensión, explicación e interpretación de sus dimensiones humanas y la evolución dialéctica en los modos de producción según Marx.

Esa comprensión, explicación e interpretación científica surge del estudio histórico tendencial de lo que se desea investigar, en un contexto y con una intencionalidad objetiva, no desvinculada de ese complejo mundo de relaciones que desde todo texto y contexto se revela, una interpretación humanista ante toda posición científica, el hombre es el protagonista de todos los cambio en la humanidad.

La hermenéutica como una ciencia de la comprensión, explicación e interpretación propone nuevos fundamentos teóricos para analizar las relaciones humanas que necesita el ser, para ampliar su cosmovisión en el contexto educativo y de esta manera abrir la necesidad dialógica de nuevas formas de entendimiento sobre el significado de la realidad como diversa y compleja.

Desde la perspectiva filosófica de la hermenéutica se desprende un cambio paradigmático importante del rol del docente, porque este pasará a ser un gestor de conocimiento crítico ante los hechos sociales que se experimentan.

Según, Herder el modelo hermenéutico, deberá establecer las conexiones entre lenguaje, razón y humanidad. En el modo de ser de la humanidad, encuentra un horizonte privilegiado en las intenciones del ser humano, este modo de ser de la humanidad tiene su forma de expresión más desarrollada en la práctica cotidiana.

El ser humano necesita de la interconexión de estos tres componentes (comprensión, explicación e interpretación) para buscar entender el desarrollo de las prácticas humanas cotidianas porque de esta manera el ser humano tendrá una capacidad mas critica ante los retos que le propone la sociedad.

Por lo expuesto, considero que este nuevo rol del docente dentro de la nueva perspectiva socio-político-económica de nuestro país, debe fusionarse con el sistema de instrucción personalizado, para que de esta forma podamos lograr en nuestro alumnado la capacidad de desarrollar sus potencialidades, el entendimiento de los contenidos y la excelencia en su proceso enseñaje.

El mundo está experimentando cambios constantes, cambios que estamos presenciando día a día, estos diversos procesos sociales, políticos, tecnológicos y económicos, están produciendo en el mercado laboral internacional, nacional y local, nuevas competencia profesionales, donde los nuevos docentes universitarios del siglo XXI, deben reunir una serie de características, habilidades y experiencias para lograr un espacio oportuno en esta sociedad de la información, el conocimiento y del talento humano.

En medio de estos grandes avances, así como de la nueva conyuntura político social de nuestro país (Bolivia), el mundo laboral educativo ha cambiado su esquema, cada día se hace más complejo y explosivo, porque las demandas y los standadares en la calidad educativa universitaria necesitan contar con equipos de gestión en lo interno de su estructura de organización, conformando profesionales proactivos, eficientes, creativos, que acepten cambios y retos de las nuevas prácticas y de las exigencias del mercado laboral.

En este sentido, el docente del siglo XXI, debe poseer un conjunto de competencias mínimas tales como:

• Ética y Valores
• Hermeneuta
• Autodidacta
• Autocritico
• Comunicación
• Liderazgo
• Visión sistémica
• Trabajo en equipo
• Empatía- Sinergia
• Aprendizaje – Enseñaje
• Motivación
• Aprendizaje Continuo y Situacional
• Humanista
• Facilitador y no un dificultador de conocimiento
• Orientador hacia las transformaciones
• Acompañante del estudiante a través de todo el proceso de enseñaje.

Además de estas competencias son necesarias las denominadas competencias especializadas propuesta por De los Ríos, D. en su obra, “Paradigmas y Competencias Profesionales”:

a. Revisar, criticar, formular o modificar objetivos del aprendizaje.

b. Explorar las necesidades e intereses de los estudiantes.

c. Definir y describir los contenidos de una actividad docente para su especialidad y fijar prerrequisitos para asignaturas.

d. Seleccionar y preparar material didáctico para la actividad docente y diseñar un sistema de evaluación del aprendizaje.

e. Adecuar la relación entre actividades prácticas y teóricas.

f. Involucrar a los estudiantes en la configuración de las unidades de aprendizaje y analizar los resultados de las evaluaciones en el aprendizaje de sus estudiantes.

g. Evaluar el proceso docente en su globalidad.

h. Promover hábitos de estudio adecuados a la profesión de sus estudiantes.

Estas competencias generales y especializadas deben estar presentes en el docente del futuro que aspiran incorporarse de forma efectiva al proceso de cambio y transformación al nuevo mercado laboral en la sociedad de la información, el conocimiento y el talento humano.

Es importante resaltar que a esto, se le debe agregar otros factores que van a dinamizar la conjugación del éxito entre las partes que involucran el proceso de enseñaje, esto como estrategia de compromiso, equidad, pertinencia social y corresponsabilidad social.

La nueva sociedad, resalta la importancia del valor del conocimiento, tanto tácito como explícito, esto ha conllevado y debe conllevar a las universidades y a quienes las conforman, a repensar y a construir estrategias efectivas para captar a los mejores con el objetivo de fortalecerse y hacerse más competitivas para posicionarse de forma efectiva en el mundo académico.

Las universidades hoy en día están experimentando cambios y particularmente en el caso boliviano producto de una nueva concepción filosófica que comienza a gestarse por el nuevo proceso revolucionario y la nueva visión del modelo educativo nacional implantado en la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional Boliviano.

Por tal razón, la nueva realidad exige a las universidades públicas y privadas, así como a sus docentes, desterrar la vieja visión tradicionalista para darle paso a la nueva propuesta de enseñaje.

Su implementación viene a detener de manera firme el proceso de descomposición social que ha padecido Bolivia, a raíz de la falta de un sistema de educación cívico y humanista que nos hubiese llevado a tener un modelo de sociedad en el cual tuviese prioridad la calidad de vida de los ciudadanos por encima de otros criterios.

CONCLUSIONES

En este nuevo contexto, los docentes de educación superior debemos tener como premisa filosófica el valor moral como fuente para perfeccionar al hombre en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en su libertad, en su razón, ya que el valor moral nos llevará a construir a un hombre más crítico y humano así como a una mejor sociedad para nuestras profesiones, para nuestro desarrollo y para el bien estar de nuestros hijos.

Para ello debemos renovarnos en base a esta nueva perspectiva de rol hermenéutico, fusionándolo con la enseñanza personalizada y sus métodos motivacionales, así como con las nuevas competencias y premisas filosófico-morales, nuevos diseños del currículum, elaboración de contenidos con elementos de transversalización global, tutorización, facilitación, evaluaciones no punitivas sino progresivas y apoyo técnico.